El 1 de marzo me encontraba en Pisa haciendo
una nueva estancia en la Unidad de Neuroriabilitazione Universitaria, donde me
he formado, y tuve la oportunidad de asistir a un encuentro con otras
terapeutas y padres de niños tratados con esta metodología, organizados por la
Dott.ssa Puccini. Tras varias exposiciones para analizar las dificultades que
afrontamos al intentar que los logros obtenidos en las sesiones de terapia se
trasladen a la vida cotidiana, entre las cuáles se encontraba la mía, un padre
intervino para ofrecer un nuevo punto de vista que creo que todos los
fisioterapeutas infantiles deberíamos considerar. Era el padre de una niña de tres años con una
parálisis cerebral grave, que apenas hace unos meses ha logrado mantenerse
sentada y con la que aún no han encontrado casi la forma de que se adapte a las
rutinas y a las personas. Este padre, muy colaborador en todas las actividades
referidas a su hija, comentó que había cumplido con total empeño todas las
tareas que le había encomendado la fisioterapeuta de su hija porque en el
proceso de análisis de la relación denominada “Ejercicio-Realidad” él obtenía
grandes beneficios.
Ante nuestra mirada atenta, este padre nos
dijo que él, como todos los padres de niños con discapacidad, necesitaba
respuestas a sus preguntas. Y sorprendentemente sus preguntas no eran "¿mi hija
caminará?" o "¿logrará mi hija ser como los otros niños?" sino "¿qué puedo hacer en casapara ayudar a mi
hija?" Ha revelado así la mayor utilidad de este avance de la
rehabilitación neurocognitiva denominado “Comparación entre acciones” en el
adulto o bien “Ejercicio y realidad” en el niño. El camino que hemos realizado
y que a la vista de sus resultados introduciremos en cada nuevo tratamiento, si
el niño y los padres quieren participar, ofrece a los padres ser más
protagonistas de la evolución de su hijo, junto al propio niño. Les permite
revelar sus expectativas, sus motivaciones y también sus necesidades, para
orientar la actuación terapéutica pero también para preguntarnos con libertad
¿cómo puedo jugar con mi hijo? Porque el juego es la actividad propia del niño,
donde se encuentra con sus padres y con otras personas para interaccionar,
aprender y abrirse al mundo. Y, como ha dicho otra madre, gracias a las
orientaciones de la fisioterapeuta “puedo disfrutar con mi hija, comunicarme
con ella y saber lo que quiere”. Primer paso en la búsqueda de autonomía
necesaria para todas las personas, sin excepción. Sólo por estos pequeños
grandes pasos merece la pena continuar avanzando juntos: niños,
padres y fisioterapeutas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puede realizar su comentario en este espacio si desea que sea público. También puede contactar conmigo por correo electrónico, para una consulta personalizada.